Fueron muy lindas y emotivas por lo que le pedí que me las hiciera llegar para que todos pudiéramos leerlas y volver a emocionarnos...
Rápidamente me las envió y aquí están: Ella así continuaba...
"HOLA MARTINIS Y COMPAÑÍA, que es decir: MARTINI. . .
¡Cuántos MARTINI. . .! Y a su vez. . . . ¡Cuántos recuerdos!! . . . mis papás son Angel Martini y Dora Brezzo, . . . Yo soy Yoli y tengo dos hermanos aquí, Rubén y Sergio... y uno en mi corazón, Miguel Ángel que supo volar, hace ya tiempo, a encontrarse con mamá y papá . . . Yo aún no tengo nietos directos, pero si Dios quiere los tendré (espero pronto!), desde Verónica, que está forjando su vida en la tierra de los “nonnos”, en Italia, y así continuaré la cadena de generaciones que se extenderá por siempre . . . mientras exista la humanidad . . .
¡Caramba! Los Martini somos parte de la humanidad!! . . . ¡SÍ queridos jóvenes, hijos y nietos de los inmigrantes Martini, fundadores de esta saga interminable! No solo somos parte de la humanidad, sino que mirando nuestras vidas, analizando nuestros recuerdos, nos damos cuenta de que todos transitamos lugares acostumbrados, idénticos, como nuestros padres, nuestros juegos de ayer, nuestros trabajos de hoy. Nuestras ilusiones y nuestros logros. . . . Miramos a nuestro alrededor y nos vemos. . . Hoy todos juntos, y mañana, como siempre. . . sabemos que allí están. . . que siempre habrá un Martini para apoyarnos afectivamente o como se necesite. . . por que todos somos FAMILIA.
Nuestra identidad es Martini, y nuestros recuerdos son comunes y abundantes. Y esa Identidad (lo que somos y como somos) sólo es posible por la Memoria, que “es el presente del pasado”: recordar y rememorar es lo que sostiene la Identidad.
Por ello, sostener la memoria familiar, mediante reuniones como ésta, nos permite depositar en nuestra conciencia, bien profundamente, el sentimiento de pertenencia. . . de corresponder a una continuación de descendencias sucesivas. . . de ser la presencia que certifica la actuación de nuestros mayores. . . . Aquellos que nos transmitieron un apellido que sabe a trabajo, honor y honestidad. . . . Un apellido que suena a música en nuestros oídos y que nos enorgullece el portarlo.
En el anterior encuentro, rememoramos la epopeya de nuestros ancestros, que más allá de los mares tuvieron una visión. . . y con férrea laboriosidad se propusieron hacerla realidad. Cruzaron el ancho océano en azarosa búsqueda de futuro. Trazaron surcos en su derrotero por la pampa casi virgen, hasta que, asentándose en estos lugares, labraron la tierra y arrancaron de ella el fruto que legaron a sus hijos. . ., nosotros, fieles destinatarios de aquella chispa venerable que nos comprometió a honrar nuestro apellido, respetar el lugar, y aprender a soñar como soñaron ellos. ¡¡Esto es “memoria familiar”!!!
¿Sabían Uds., jóvenes, que en “La Isleta”, el campo donde yo nací y me crié, más cerca de Mattaldi y Jovita que de Huinca Renancó, el jabón de lavar no se compraba en el shooping, que lo hacía mi mamá? Que también hacía “dulce de sangre” con la sangre de los cerdos de “la carneada”, mezclándola con azúcar y chocolate y cocinándola? Y “el cóctel” de la media mañana, yemas de huevo batidas con azúcar y vino “marsala”, para “ponernos fuertes”?.
Conservemos estas “pequeñas grandes cosas” que fueron, porque “la vida es hoy pero, fue ayer y mañana será mejor, en la medida que entendamos lo que fue ayer”.
Por eso, en este encuentro, quiero dirigirme a nuestros descendientes. Ellos, nuestros hijos, son el fruto visible de nuestros desvelos y del cumplimiento del compromiso asumido con nuestros padres. Nosotros, hicimos nuestra contribución de amor, esfuerzo y sacrificio. Son Uds., ahora, quienes continuarán el viaje iniciado en el momento en que nuestros padres apuntaron su proa visionaria hacia lo que parecía una quimera. . . . Y sin embargo hoy confirman, tras la magna tarea emprendida, lo acertado de la decisión. . . . ¡Qué sabios fueron los “viejos”! . . . ¡Qué ejemplo de vida! ¡Que demostración de firmeza en sus ideas! . . . Y con cuánto amor rodearon su proeza familiar. . .
Por que sin duda ése fue el motor principal, que hizo realidad el encuentro de hoy y los sucesivos, con cada vez más MARTINI. . . con cada vez más alegría. . . con cada vez más cercanía afectiva entre todos los componentes de esta gran familia. Siete letras conforman nuestro apellido. Sola, cada una de ellas, no significa nada más que la letra misma. Más todas juntas, en sucesión preestablecida, hacen el apellido que nos identifica, convoca y obliga a la trascendencia del mismo. Son Uds., queridos hijos, los que sin quererlo, forman el presente del futuro. Somos nosotros, ahora, quienes comenzamos a mirar por los ojos de Uds. y divisamos el devenir de tiempos que no viviremos. . . pero seguros estamos de que lo harán Uds. y bien, muy bien!!!!
No teman soñar, nuestros padres así lo hicieron. …Y también nosotros…. De todo ello tienen Uds. la confirmación, en vuestra propia realidad.
No teman comprometerse, el compromiso con los demás, crea la fuerza necesaria para emprender la más grandes cosas. Aquellas que estamos esperando de Uds.
No teman al esfuerzo ni al sacrificio. . . Es el medio para alcanzar las metas propuestas.
Vivan y amen la vida. . . .Honren la gracia de Dios de permitirles vivir momentos como éste y todos los demás que componen su diaria existencia, unos más exitosos que otros.
No desfallezcan si el camino entre el soñar y el realizar, se presenta lleno de espinas. . . . Son MARTINI y si recuerdan. . . Algún MARTINI ya hizo en otro tiempo, y con éxito, lo que les toca HOY, hacer a Uds. que es VIVIR!!!!!
Y por sobre todas las cosas, reacuérdense la obligación de ser felices. Si, SER FELICES!!! . . . por que no hay que esperar nada para ser feliz. . . . No es una estación a la que se llega y allí está. No. Se puede ser feliz en cada momento de la vida, si a éste, sabemos valorarlo en su exacta dimensión. Valoren los recuerdos. Honren la memoria, nunca se olviden de donde vienen y estén orgullosos de sus orígenes. Aderecen el diario crear con trinos de pájaros libres, fijen sus ojos en la belleza y sueñen. . . Dejen reposar todo en una conciencia en paz, tranquila y caminarán al lado de la felicidad.
Un viejo proverbio chino expresa que: son las acciones de los hijos, las que hacen honorables las vidas de sus padres.
Sean buenas personas, amen a sus familias y a su prójimo. Y por sobre todo, esfuércense por hacer honorables las vidas de sus antecesores.
MARTINI Queridos, MARTINIS Pasado, los que ya se fueron . . . Presente, los que hoy estamos . . . y Futuro, los que vendrán . . . Pónganse de pié, abracen cada uno a su vecino, dense un beso, griten BIENVENIDO!!!!! Y compartamos un nuevo encuentro de MARTINIS brindando por nuestra felicidad presente y futura
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ B I E N V E N I D O S !!!!!!!!!!!!
¡Cuántos MARTINI. . .! Y a su vez. . . . ¡Cuántos recuerdos!! . . . mis papás son Angel Martini y Dora Brezzo, . . . Yo soy Yoli y tengo dos hermanos aquí, Rubén y Sergio... y uno en mi corazón, Miguel Ángel que supo volar, hace ya tiempo, a encontrarse con mamá y papá . . . Yo aún no tengo nietos directos, pero si Dios quiere los tendré (espero pronto!), desde Verónica, que está forjando su vida en la tierra de los “nonnos”, en Italia, y así continuaré la cadena de generaciones que se extenderá por siempre . . . mientras exista la humanidad . . .
¡Caramba! Los Martini somos parte de la humanidad!! . . . ¡SÍ queridos jóvenes, hijos y nietos de los inmigrantes Martini, fundadores de esta saga interminable! No solo somos parte de la humanidad, sino que mirando nuestras vidas, analizando nuestros recuerdos, nos damos cuenta de que todos transitamos lugares acostumbrados, idénticos, como nuestros padres, nuestros juegos de ayer, nuestros trabajos de hoy. Nuestras ilusiones y nuestros logros. . . . Miramos a nuestro alrededor y nos vemos. . . Hoy todos juntos, y mañana, como siempre. . . sabemos que allí están. . . que siempre habrá un Martini para apoyarnos afectivamente o como se necesite. . . por que todos somos FAMILIA.
Nuestra identidad es Martini, y nuestros recuerdos son comunes y abundantes. Y esa Identidad (lo que somos y como somos) sólo es posible por la Memoria, que “es el presente del pasado”: recordar y rememorar es lo que sostiene la Identidad.
Por ello, sostener la memoria familiar, mediante reuniones como ésta, nos permite depositar en nuestra conciencia, bien profundamente, el sentimiento de pertenencia. . . de corresponder a una continuación de descendencias sucesivas. . . de ser la presencia que certifica la actuación de nuestros mayores. . . . Aquellos que nos transmitieron un apellido que sabe a trabajo, honor y honestidad. . . . Un apellido que suena a música en nuestros oídos y que nos enorgullece el portarlo.
En el anterior encuentro, rememoramos la epopeya de nuestros ancestros, que más allá de los mares tuvieron una visión. . . y con férrea laboriosidad se propusieron hacerla realidad. Cruzaron el ancho océano en azarosa búsqueda de futuro. Trazaron surcos en su derrotero por la pampa casi virgen, hasta que, asentándose en estos lugares, labraron la tierra y arrancaron de ella el fruto que legaron a sus hijos. . ., nosotros, fieles destinatarios de aquella chispa venerable que nos comprometió a honrar nuestro apellido, respetar el lugar, y aprender a soñar como soñaron ellos. ¡¡Esto es “memoria familiar”!!!
¿Sabían Uds., jóvenes, que en “La Isleta”, el campo donde yo nací y me crié, más cerca de Mattaldi y Jovita que de Huinca Renancó, el jabón de lavar no se compraba en el shooping, que lo hacía mi mamá? Que también hacía “dulce de sangre” con la sangre de los cerdos de “la carneada”, mezclándola con azúcar y chocolate y cocinándola? Y “el cóctel” de la media mañana, yemas de huevo batidas con azúcar y vino “marsala”, para “ponernos fuertes”?.
Conservemos estas “pequeñas grandes cosas” que fueron, porque “la vida es hoy pero, fue ayer y mañana será mejor, en la medida que entendamos lo que fue ayer”.
Por eso, en este encuentro, quiero dirigirme a nuestros descendientes. Ellos, nuestros hijos, son el fruto visible de nuestros desvelos y del cumplimiento del compromiso asumido con nuestros padres. Nosotros, hicimos nuestra contribución de amor, esfuerzo y sacrificio. Son Uds., ahora, quienes continuarán el viaje iniciado en el momento en que nuestros padres apuntaron su proa visionaria hacia lo que parecía una quimera. . . . Y sin embargo hoy confirman, tras la magna tarea emprendida, lo acertado de la decisión. . . . ¡Qué sabios fueron los “viejos”! . . . ¡Qué ejemplo de vida! ¡Que demostración de firmeza en sus ideas! . . . Y con cuánto amor rodearon su proeza familiar. . .
Por que sin duda ése fue el motor principal, que hizo realidad el encuentro de hoy y los sucesivos, con cada vez más MARTINI. . . con cada vez más alegría. . . con cada vez más cercanía afectiva entre todos los componentes de esta gran familia. Siete letras conforman nuestro apellido. Sola, cada una de ellas, no significa nada más que la letra misma. Más todas juntas, en sucesión preestablecida, hacen el apellido que nos identifica, convoca y obliga a la trascendencia del mismo. Son Uds., queridos hijos, los que sin quererlo, forman el presente del futuro. Somos nosotros, ahora, quienes comenzamos a mirar por los ojos de Uds. y divisamos el devenir de tiempos que no viviremos. . . pero seguros estamos de que lo harán Uds. y bien, muy bien!!!!
No teman soñar, nuestros padres así lo hicieron. …Y también nosotros…. De todo ello tienen Uds. la confirmación, en vuestra propia realidad.
No teman comprometerse, el compromiso con los demás, crea la fuerza necesaria para emprender la más grandes cosas. Aquellas que estamos esperando de Uds.
No teman al esfuerzo ni al sacrificio. . . Es el medio para alcanzar las metas propuestas.
Vivan y amen la vida. . . .Honren la gracia de Dios de permitirles vivir momentos como éste y todos los demás que componen su diaria existencia, unos más exitosos que otros.
No desfallezcan si el camino entre el soñar y el realizar, se presenta lleno de espinas. . . . Son MARTINI y si recuerdan. . . Algún MARTINI ya hizo en otro tiempo, y con éxito, lo que les toca HOY, hacer a Uds. que es VIVIR!!!!!
Y por sobre todas las cosas, reacuérdense la obligación de ser felices. Si, SER FELICES!!! . . . por que no hay que esperar nada para ser feliz. . . . No es una estación a la que se llega y allí está. No. Se puede ser feliz en cada momento de la vida, si a éste, sabemos valorarlo en su exacta dimensión. Valoren los recuerdos. Honren la memoria, nunca se olviden de donde vienen y estén orgullosos de sus orígenes. Aderecen el diario crear con trinos de pájaros libres, fijen sus ojos en la belleza y sueñen. . . Dejen reposar todo en una conciencia en paz, tranquila y caminarán al lado de la felicidad.
Un viejo proverbio chino expresa que: son las acciones de los hijos, las que hacen honorables las vidas de sus padres.
Sean buenas personas, amen a sus familias y a su prójimo. Y por sobre todo, esfuércense por hacer honorables las vidas de sus antecesores.
MARTINI Queridos, MARTINIS Pasado, los que ya se fueron . . . Presente, los que hoy estamos . . . y Futuro, los que vendrán . . . Pónganse de pié, abracen cada uno a su vecino, dense un beso, griten BIENVENIDO!!!!! Y compartamos un nuevo encuentro de MARTINIS brindando por nuestra felicidad presente y futura
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ B I E N V E N I D O S !!!!!!!!!!!!
YOLI MARTINI 19/08/07
2 comentarios:
Hola!!!! Me pareció increíble encontrar el apellido de mi familia en tu blog. Aparentemente son muchos en esa zona. Para colmo sueño con vivir en Córdoba, nací allí en el barrio crisol y me trajeron de chico a BsAS, mala suerte!. Pero me interesaría interactuar con ustedes un beso enorme y para lo que necesiten aqui hay otro Martini
Hola Héctor!!
No se como podemos contactarnos con vos pero nos alegra muchisimo que vayamos encontrándonos... Te cuento para tu información que en la familia ya tenemos Hector Martini que también que vive en Bs As... ¡que casualidad!!
Mandanos tu mail!
Publicar un comentario